• ​​​​​​Los valores digitales de los píxeles suelen estar afectados por diferentes fuentes de error, como pueden ser la incidencia de luz, fallos en los propios sensores o, sobre todo, la interferencia de la atmósfera. Estas distorsiones y ruidos harán que las imágenes muestren ausencia de datos o niveles de color irregulares. Estos fenómenos se corrigen adaptando los valores de pixel mediante las denominadas correcciones radiométricas.
​​​​​​​
​​​​​​​• Existen fuentes de error sistemáticas, como puede ser el ángulo incidente del Sol o la distancia variable entre la Tierra y el Sol, los cuales se pueden determinar perfectamente; y errores aleatorios, como la influencia de la atmósfera, que pueden provocar una iluminación reducida de la Tierra o un reflejo de la propia atmósfera. Para su corrección se recurre a herramientas específicas para cada satélite o mediante funcionalidades específicas dentro de sistemas de información geográfica.

• Para poder usar la imagen como si de un mapa se tratara, necesitamos pasar de la proyección en perspectiva a una proyección ortogonal, con el objetivo de eliminar las deformaciones producidas por el relieve.
                  
• Esto se consigue con la ortorrectificación, un proceso que resulta con los elementos en la nueva imagen libres de errores y deformaciones. La ortorrectificación utiliza un modelo digital de elevaciones, y realiza una proyección perpendicular de los píxeles al plano de referencia.